22 de septiembre de 2011

PRINCESA MIAA!!

Me puedo perdonar el hecho de cometer muchos errores en mi vida, pero jamás tendría consuelo si supiese que mis palabras te han podido herir o si te has entristecido por intentar ser sincero contigo. Me gusta poner las cartas boca arriba, en esa impresión que tu compañía me inspiró desde el primer día en que te conocí. Quiero poder contar contigo, ser tu compañero cuando las lágrimas enturbien tu felicidad existencial, tu cobijo cuando sientas que la soledad te amenaza o cuando tus propios problemas se conviertan en una pesada losa que no puedas aguantar. Quiero abrazarte y protegerte siempre que lo necesites, que sepas que yo estaré ahí preparado para acogerte en todo momento; quiero que entiendas que siempre estaré a tu lado cuando más lo necesites. En eso consiste la traducción de un “te quiero”. Al menos, desde mi punto de vista. Y no olvides, princesa, que yo te quiero, quizá más de lo que tú desearías y menos de lo que yo quisiera. Pero te quiero, así de sencillo; nunca lo olvides.




Ahora bien, como soy tu cari sólo deseo tu felicidad. Será también la mía. Diviértete, se feliz, ponte el mundo por montera y disfruta, princesa, disfruta de todo aquello que estás deseando. Sólo te pido lo que tú ya sabes. No quiero llorar de infelicidad cuando la luna me sonría con aires de decadencia, cuando las estrellas del universo dibujen en mi soledad las cartas enamoradas de lo que pudo haber sido y no fue. Pase lo que pase, estaré siempre a tu lado y me faltará el tiempo para arroparte, para besarte en la frente y para decirte lo mucho que te quiero. Para que luego, con tu con indirectas, me llames “Idiota”

No hay comentarios:

Publicar un comentario